viernes, 3 de abril de 2015

HE PESCADAO UN POETA



¿Y si no tuviera nada para decir? ¿ Si fuera una pecera?

¿Si escribiera solo porque soy un caballito de plástico

que cree

adivinar en los astros cuernos funerarios

puestos allí para regocijo del azar?

¿O que la luz verde de los faroles resultan ser miradas

pues sus guiños develan su carencia?

¿Y que es injusto el título, la vanidad enhebrada a una aguja

de pelo de hocico de cazón cuando se me prende a la solapa

la cucarda de poeta?

Porque, empiezo a sospechar, otros pueden ser los verdaderos.

E ignoro honestamente quien convierte

a uno ficticio en uno real. Los medicamentos enferman

el dedo alunar tiene un eclipse, hay ratones silbando.

Como sea, yo encarno y pesco a un poeta que lleva

un cuaderno con palabras sueltas tales como novia, familia lejana, patria, bandera, gol en contra, puerta, desodorante, impuestos, perro,

ceniceros de posadas, pasillos espantosos, carnavales, entierros,

 votaciones, almacenes y dentistas.

¿Si fuera así que más da?

¿Si todo no fuera más que la deposición de un fantasma,

el aleteo de un ave mustia, un animal fabuloso, impostor y sereno?

El imprentero no lo ha de notar

con tal que alguien pague la edición

Y mis amigos crean que lo que he puesto

Es el vigoroso fulgor de un planeta de dibujito animado

que tintinea en mi cerebro

por tanto

me declaro solemnemente

un pez globo que ha trepado a la superficie

solo para publicar textos tan húmedos como frágiles

y que no hay verdad en las palabras ni en la tanza vibrando

solo hay dibujitos de las aletas de un pescado desplazándose

sobre una hoja de papel en un universo pespunteado a birome

entrampado para siempre en un cajón acuático de tapas duras

sello editorial

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diseñador amigo

crítica favorable

marca de agua

en los aeropuertos submarinos

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